LA NACION, 20 de junio de 2009
Como una pieza de piano que se ejecuta a cuatro manos, las restauradoras María Pía Tamborini y Patricia Lissa trabajan con pasión, conocimiento y delicadeza en la recuperación de la bandera argentina más antigua, la de Macha, aquella que la historia indica que acompañó a Manuel Belgrano al Alto Perú en 1812, en su lucha contra los realistas.
La historia de la bandera que hoy se encuentra en el Museo Histórico Nacional es tan fascinante como el trabajo que desde hace dos años llevan adelante las especialistas, al hilvanar los delgados hilos -del grosor de un cabello- que sostienen, sin atravesarlos, los fragmentos de la Bandera.
Tras la derrota patriota en la batalla de Ayohúma, en 1813, se perdió el rastro de la insignia, hasta que en 1885 fue descubierta por el párroco de la iglesia del pueblo de Macha, al sur de la actual Bolivia, detrás de un cuadro. Había sido escondida allí para que no cayera en manos del enemigo junto con otra que era blanca con la franja central celeste.
La bandera que en este momento se restaura por primera vez en su historia, de dos franjas celestes y una blanca, fue donada por el gobierno de Bolivia en 1896, con destino al Museo Histórico Nacional, ante el pedido del primer director de la institución, Adolfo P. Carranza. La otra bandera está en el Museo de Sucre.
Como una pieza de piano que se ejecuta a cuatro manos, las restauradoras María Pía Tamborini y Patricia Lissa trabajan con pasión, conocimiento y delicadeza en la recuperación de la bandera argentina más antigua, la de Macha, aquella que la historia indica que acompañó a Manuel Belgrano al Alto Perú en 1812, en su lucha contra los realistas.
La historia de la bandera que hoy se encuentra en el Museo Histórico Nacional es tan fascinante como el trabajo que desde hace dos años llevan adelante las especialistas, al hilvanar los delgados hilos -del grosor de un cabello- que sostienen, sin atravesarlos, los fragmentos de la Bandera.
Tras la derrota patriota en la batalla de Ayohúma, en 1813, se perdió el rastro de la insignia, hasta que en 1885 fue descubierta por el párroco de la iglesia del pueblo de Macha, al sur de la actual Bolivia, detrás de un cuadro. Había sido escondida allí para que no cayera en manos del enemigo junto con otra que era blanca con la franja central celeste.
La bandera que en este momento se restaura por primera vez en su historia, de dos franjas celestes y una blanca, fue donada por el gobierno de Bolivia en 1896, con destino al Museo Histórico Nacional, ante el pedido del primer director de la institución, Adolfo P. Carranza. La otra bandera está en el Museo de Sucre.
me encanto la paginadel cole estoy re contenta bye AGUSTINA 3RO
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